• Mariano José de Larra
• El interés por lo típico y pintoresco, propio del Romanticismo, provocó en España la aparición de una serie de escritores costumbristas que destacaron en abundantes artículos diversos aspectos de la vida del país, bien para
defender tradiciones que se iban perdiendo,
bien para atacarlas en nombre del progreso.
• Entre ellos ocupa un lugar principal Mariano José de Larra.
La vida de Larra tiene todos los ingredientes de una vida romántica. Nacido en Madrid (1809) y vivido y educado en Francia, cuando su padre, un afrancesado que admiraba a José Bonaparte tuvo que exiliarse, y llegó a olvidar el
español. Al volver a patria, estudió Derecho en Valladolid,
donde se enamoró de una mujer a la que consideraba un
ejemplo de pureza, hasta que se la encontró un día en una
habitación con un hombre, que resultó ser su padre. Se
casó muy joven a los dieciséis años, con la que tuvo tres
hijos. Se dedicó al periodismo e intervino en política, hasta
que unos amores desgraciados le indujeron al suicidio a los
veintisiete años de edad, en 1837.
• Entre sus poesías y dramas, publicó artículos de crítica literaria, en los que mantiene una actitud intermedia entre el clasicismo y las doctrinas románticas, y de costumbres.
• El año 1834 Larra estrenó su drama Macías, una obra típicamente romántica, en la que describe el
apasionado amor del trovador de ese nombre por Elvira, dama de la corte de Enrique III. Una traición impide a Macías llegar a tiempo para casarse con
Elvira, y ésta se desposa con Fernán Pérez de Vadillo. El trovador es asesinado y Elvira se suicida al lado del
cadáver.
• Las obras más importantes son sus artículos de
costumbres, escritos en buena parte con el seudónimo de “Fígaro”, encierran un análisis doloroso, certero e implacable de la realidad española del momento.
Educado en un refinado ambiente extranjero y dotado de un sagaz espíritu crítico, Larra dirige la vista en
torno sin hallar apenás nada que merezca su
aprobación. Las costumbres le parecen groseras (El castellano viejo); los funcionarios perezosos (Vuelva usted mañana); las diversiones bárbaras ( Los toros)...
A menudo, ciertos rasgos de humor dan a sus palabras
un sabor cómico, pero en el fondo de ellos hay siempre
una crítica amarga que revela el pesimismo del autor.
• José de Espronceda
• Nacido en 1808, tuvo una agitada juventud, y a causa de sus ideas revolucionarias se vio obligado a huir al extranjero donde residió algún tiempo, tomando parte en diversas conspiraciones políticas. A los quince años organizó con sus amigos una sociedad secreta y patriótica en contra de Fernando VII “Los Numantinos” para vengar la muerte del general Riego. Al ser delatados fueron condenados los conspiradores a cinco años de cárcel, que se redujeron en unas semanas de encerramiento en un convento en donde compuso su obra “Pelayo” A los
dieciocho años, con el propósito de huir de persecuciones políticas, se desplazó a Lisboa en donde conoció a Teresa Mancha, hija de un español, a quien persiguió después en Londres, donde iniciaba con ella una gran aventura amorosa que le inspiró su poema más hermoso. Luego fue desde Londres a Bruselas y a Paris.
Luchó en las barricadas de esa ciudad para la revolución de 1830. Marchó luego a Londres para raptar a Teresa, ya casada con otro hombre, acabó volviendo a
España con ella debido a una amnistia en 1833. Teresa Mancha, cansada de sus jactancias amorosas y de sus idas y venidas, le abandonó provocando en él un amargo desengaño. Se dedicó en política, y al proponerse casarse con una joven murió repentinamente a los treinte y cuatro años de edad en 1842.
• Espronceda, cuyo temperamento siempre pronto al entusiasmo o la desesperación, le convierte en la figura más representativa del romanticismo
español. Espronceda encontró en el Romanticismo el estilo y los temas más adecuados a su carácter, y produjo una serie de poesías breves como el
Canto del cosaco, El reo de muerte, la Canción del pirata, El mendigo, en las que manifiesta sus ideas revolucionarias, su desdén por la sociedad y su
entusiasmo por la vida libre. Hay también dos
extensos poemas: El estudiante de Salamanca y El
diablo mundo.
• El estudiante de Salamanca, que es sin duda su producción más importante, nos ofrece con versos sueltos, musicales y de gran plasticidad, la leyenda de don Félix de Montemar, quien tras
abandonar a su amada doña Elvira y matar en duelo al hermano de ésta, contempla su propio entierro y celebra sus desposorios con el fantasma de aquella en una cripta.
• En El diablo mundo, Espronceda quiso aludir a los más graves problemas de la vida humana, valiéndose de la historia de un personaje fantástico, Adán, que, rejuvenecido por arte de magia, sufre una serie de decepciones.
• El Canto a Teresa, es una composición extensa de desigual belleza, donde el autor recuerda la historia de su amor, desde la ilusión del comienzo, hasta el doloroso desegaño final.
• José Zorrilla
• Nacido en Valladolid en 1817, se trasladó
pronto a Madrid, donde conoció desde joven la fama literaria que le acompañaría hasta su muerte; a pesar de ello, vivió casi siempre con apuros económicos -también en el extranjero:
Paris, Londres, México y Cuba-, aun siendo miembro de importantes instituciones
culturales y administrativas. Murió en 1893.
• Con José Zorrilla encontramos una vez más los dramas basados en leyendas históricas. Más que a su producción poética la fama
popular de Zorrilla se debió a su obra dramática. En el abultado
conjunto de sus piezas dramáticas destaca su sentido dinámico de la acción, siempre atrayente para el espectador; prefirió los asuntos históricos; entre este tipo de obras sobresalen El zapatero y el rey, sobre la figura de don Pedro el Cruel y su trágico final a manos de don Enrique; y Traidor, inconfeso y mártir, se basa en la leyenda de un impostor, un pastelero, que se hizo pasar por el rey don
Sebastián de Portugal, quien quería recuperar el trono que le había arrebatado Felipe II tras la batalla de Alcazarquivir. Al final se
descubre, cuando muere ejecutado por Felipe II, que el pastelero no era un impostor, sino el verdadero rey.
• Sobre el tema de El burlador de Sevilla de Tirso de Molina – su fuente fundamental aunque existan otras posibles-
compuso Zorrilla su Don Juan Tenorio (1844), sin duda su obra más popular. Con ella se apartaba en prácticamente todo del precedente barroco, otorgándole al tema un nuevo significado: si la obra de Tirso de Molina condenaba al
burlador por sus pecados, la pieza romántica salva a don Juan por introducir dos cambios determinantes: en primer lugar, el protagonista es más un fanfarrón que un auténtico pecador; en segundo lugar, la introducción del personaje doña Inés, catalizador del perfeccionamiento moral del protagonista, proporciona a la pieza mayor lirismo y
variedad, a la vez que justifica el arrepentimiento final de
don Juan.
• Zorrilla dispone la acción en dos partes: en la primera, que abarca los cuatro primeros actos, don Juan actúa como “burlador”, relata cínicamente sus aventuras, su duelo con Luis Mejía en la Hostería de Laurel, donde cada uno enumera las fechorías que ha cometido (don Juan ha causado 32 muertes y ha conquistado a 72 mujeres;
don Luis, 23 muertes y 56 mujeres), rompe con su padre y con el de doña Inés y rapta a ésta del convento. pero al final de esta primera parte don Juan vive una experiencia transformadora: descubre su amor puro por doña Inés, símbolo de la inocencia femenina. A
partir de entonces, en la segunda parte, don Juan se ve obligado a cambiar su destino de condenación enfrentándose a su propia
conciencia, a la de los demás y a Dios mismo: el resultado es el arrepentimiento de don Juan y su salvación final por medio de su ángel de amor.
• Juan Eugenio Hartzenbusch
• La obra fundamental de Hartzenbusch (1806-1880), madrileño de padre alemán, es el drama histórico Los amantes de Teruel (1837).
Las fuentes de la historia trágica de los amantes se remontan a la tradición, aunque Hartzenbusch sabe imprimir en su obra cierto sentido romántico al introducir en la tragedia los asuntos sociales, pues en el drama aparece no ya sólo el tema de la fatalidad trágica, sino también el de la rebeldía frente a las convenciones: Isabel
promete fidelidad a Marsilla durante los seis años en que éste hará fortuna para merecerla; pero el destino quiere que la joven, por presiones, deba casarse con un noble justamente cuando cumple el plazo y Marsilla logra regresar a Teruel. La situación trágica está
servida: Marsilla desea romper el matrimonio, pero Isabel, aun enamorada del joven, se mantendrá fiel a su marido; Marsilla,
rechazado, muere ante su enamorada, que a su vez fallece ante su cadáver.
